I'm floating in a most peculiar way, and the stars look very different today

viernes, 24 de diciembre de 2010

¿?

A veces me doy cuenta de que ya no sé escribir con claridad lo que pienso. Una de las vías que me ayudaba a aclarar mis pensamientos y preocupaciones, cada día se hace más estrecha.
Ocupo mi tiempo en entretenimientos banales, mientras me castiga la conciencia por no aprovechar el tiempo en algo más útil para mi mente. Quizá sigo empeñada en demostrarme a mí misma que no valgo la pena. Mierda.

Ser valiente.

Me le encontré de forma inesperada. Vino llamándome y llorando lágrimas de cocodrilo, como suele hacer. Su discurso era el de siempre, ¿para qué cambiarlo? Echarme en falta...MENTIRA.
Le contesté nerviosa que no quería saber nada más de él por el momento. Debido a ese estado de nerviosismo mis palabras no fueron exactamente las que quería decir, por lo que le dió una razón más para reírse de mí con esa cara de suficiencia y prepotencia que tanto odio y tantas ganas me ha dado siempre de estamparle mis cinco dedos en ella.
La rabia me cegó y dije lo que pensaba acompañado de mi dedo corazón, para después salir corriendo. Como siempre, salir corriendo.
Llegará el día en que te pueda decir lo que pienso sin que me tiemblen las piernas ni la voz. Pero de momento estoy débil, lo sé, lo reconozco, y por ello no me hago la valiente. No me lo hago porque quiero SERLO. Y estoy en vías de conseguirlo....

martes, 21 de diciembre de 2010

Yo me quedo con mis sueños.

Hoy pensé en ésto. Quería un blog para poder desahogarme cuando la mierda me llegara hasta el cuello, pero me pasaba tan a menudo que la pereza que me invadía para el resto de cosas, acabó por hacerme abandonar ésto también.
Hace un momento me vino a la cabeza un sueño. Un viaje. Astral. Precioso. Con solo pensarlo, estábamos volando en medio de nubes que nos transportaban hacia donde queríamos. No eran nubes normales, eran corrientes empujadas por la espontaneidad de lo que nos apetecía hacer en ese momento. La sensación en ese mundo era de una tranquilidad suprema, me sentía bien, me sentía yo. Y lo mejor, es que él estaba conmigo y comprendía lo que pasaba por mi mente con solo mirarme a los ojos.
El detalle escabroso de mi sueño fue después de la vuelta. Alguien avisaba de lo peligroso que eran esos viajes, pero mi mente estaba tan encandilada aún con la sensación que allí viví, que no hacía caso a las advertencias. No quería reconocerlo.
Mi cuerpo estaba completamente cosido. Brazos, piernas, tripa...como si me hubieran abierto en canal hasta las más pequeñas extremidades y me hubieran vuelto a cerrar como quien cierra una cremallera. Totalmente siniestro todo, la visión, la sensación. Abducción, a lo bestia. Pero quise volver a repetir....Y lo hice.
Mi realidad en el presente es mejor de lo que imaginé hace unos meses, pero aún así, de momento...
yo me quedo con mis sueños.